¡Deporte más allá de las fronteras! Esto lo podemos reafirmar cuando a punto está de dársele inicio a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos TOKIO  2021. Contará con  la participación de 205 países y sus delegaciones,  33 deportes y  aproximadamente 5.000 medallas olímpicas y paralímpicas a disposición de sus ganadores.

 En la cita olímpica nos  permitiremos tener una visión más amplia y realista de nuestro mundo. Allí estará presente el entusiasmo y la rivalidad por obtener el triunfo, aun entre miembros, cuyos países por circunstancias que no van al caso, han sido enemigos o adversarios.  La fiesta del deporte se ha visto detenida o cancelada en dos oportunidades por las guerras mundiales. Sus atletas e instalaciones han sido víctimas de atentados, secuestros, boicots y recientemente la pandemia del coronavirus que  obligó a una reprogramación. El deporte ha demostrado, ser capaz de ir por encima de muchos retos que la humanidad ha enfrentado a lo largo de su historia. Va más allá de la limitación, la separación, la inclusión o la exclusión. De la marca y el color. De la cultura, la raza o tendencia religiosa.

¡Deporte más allá de las fronteras! No solo son las barreras externas. Esas  líneas inventadas que rayan las aguas de los mares, los espacios del inmenso cielo o amurallan los suelos, las que se pueden sortear, sino aquellas que delimitan nuestra capacidad y atan nuestras oportunidades de participar, cuando se hace presente, algún grado de discapacidad que nos afecte. El deporte permite que personas con dificultades visuales, físicas o mentales se puedan agrupar y clasificar con otros de similares limitaciones  para competir como atletas en determinada disciplina deportiva. Los Juegos Paralímpicos.

Resumen: El Deporte

 Es una actividad muy amplia  que va más allá de un gimnasio, la cancha, la pista o la piscina. Incluso a la competencia en si por querer demostrar las habilidades, el talento, las destrezas, las estrategias o la fuerza física que determinará un vencedor y un vencido, es  la oportunidad de abrirle paso a la diplomacia deportiva, que nos haga entender la posibilidad cierta de un mundo de convivencia, de intercambio cultural y lingüístico con una visión de manos abiertas a la solidaridad, un mejor porvenir, con el calor que se desprende de la sensibilidad social  reinventada en un planeta más  humano, es decir un mundo de todos y para todos.